Un alto porcentaje de las mujeres consideradas como trabajadoras sexuales desempeñan su empleo con total libertad, contando con total control sobre sus actividades. Por ello, se han agrupado bajo la plataforma abolicion prostitucion, en busca de la defensa de los derechos laborales. Esta asociación tiene sus puertas abiertas a cualquier persona, trabajador autónomo, asociación de trabajadores o persona jurídica que quiera ser escuchada. La puesta en marcha de la tramitación de la ley 122/000224 está basada en un profundo desconocimiento de la realidad de estas personas y pone especial énfasis una necesidad de protección fuera de lugar.
Un gran número de trabajadoras sexuales se consideran totalmente libres, consideran que esta actividad les permite recibir unos ingresos de manera digna y además dan respuesta a una demanda social que siempre ha existido y continuará existiendo. En el desarrollo de esta actividad no se encuentra presente ningún tipo de coacción, de la misma forma que las personas que contratan este servicio no están obligadas a hacerlo.
En caso de que la ley saliera adelante, supondría abolir un modelo de trabajo totalmente válido, que no presenta inconveniente para las trabajadoras o personas que lo ejercen libremente y que, como objetivo, tiene ofrecer un modelo de vida totalmente válido. No es necesaria esa sobreprotección, la cual anula la voluntad de quien desea trabajar de manera autónoma y es consciente y aprueba este modelo de trabajo.
Represión no significa solución
La ley especifica que se debe perseguir tanto a los trabajadores y trabajadoras del sector como a los clientes, con especial énfasis en una falsa sensación de protección que no es necesaria. Aquellos que realizan este trabajo lo hacen con plena libertad, conociendo sus cometido y con total conciencia de que se trata de una actividad perfectamente válida. Apartar la vista de esta realidad no tiene ningún sentido.
Actualmente existen más de 150.000 personas que se consideran trabajadores y trabajadoras del mundo de la actividad sexual. La puesta en marcha de esta ley implicaría la desaparición de estos puestos de trabajo. Además esto supondría que las actividades se comenzarán a hacer con mayor aura de clandestinidad. Por otro lado nos encontramos con que la ley no responde a una demanda real de la sociedad, la cual aboga por regularizar la actividad debidamente y no perseguirla.
La actividad sexual merece ocupar su espacio debidamente, no que se criminalice y persiga a aquellos que de manera libre la ejercen. Mirar hacia otro lado es tratar de ocultar una realidad. Sin embargo, la asociación quiere recoger la voz de aquellos que no tienen la oportunidad de ejercer su oficio con libertad. Se trata de una minoría que merece y necesita ser escuchada para liberarse de ese yugo que supone trabajar en unas condiciones inadecuadas o sin libertad. Se ofrece ayuda para comenzar a desarrollar su actividad de otra manera.
Estudios realizados en otros países ponen de manifiesto que la represión no es la solución, sino que está evoca el efecto contrario. Al contrariar la tendencia actual, es lo que lleva a que no haya una correlación entre la demanda de aquellos que ejerce la actividad con los que desean consumir. Por parte de las mujeres que desempeñan las actividades de carácter sexual, estas son conscientes de lo que hacen, lo ejercen con total libertad y tienen un sustento garantizado gracias a este tipo de actividades. Con absoluta libertad de decidir y de trabajar, con conocimiento de que se trata de una tarea digna. El trabajo sexual supone, para la gran mayoría de mujeres, poder obtener unos ingresos elevados que le permiten llevar un nivel de vida digno.
No faltes a la manifestación si deseas trabajar en libertad
Por todas estas razones, el próximo 12 de septiembre a las 12:30 horas tienes una cita frente al Congreso de los Diputados de Madrid. La voz de quienes trabajan en el sector ha de ser escuchada, y así poder seguir ejerciendo el trabajo con total libertad, sin ningún tipo de falso moralismo y con la certeza de poder seguir prestando unos servicios adecuados. Haz que tu voz sea escuchada.